lunes, 25 de noviembre de 2013

Tres mariposas clandestinas despertaron a República Dominicana para luchar contra el fascismo



Las Mariposas, así llamaban sus compañeros de lucha a Patria, Minerva y María Teresa Mirabal Reyes, tres mujeres que se negaron a salvarse en el silencio y la indolencia, frente a la injusticia, muerte y opresión que ejercía en República Dominicana el dictador Rafael Trujillo, aliado del imperio estadounidense en su guerra anticomunista que aniquilaba todo atisbo de lucha por la justicia social.

Hijas de un acomodado comerciante y hacendado -al que Trujillo arrebató la mayoría de sus posesiones-, las Mirabal tuvieron la oportunidad de estudiar, situación que les permitió desarrollar un pensamiento crítico y libertario, en especial Minerva, quien en 1957 se graduó de abogada, profesión que no pudo ejercer debido al impedimento impuesto por Trujillo.

Minerva sufriría la persecución más cercana del dictador, quien en 1949 la conoció personalmente junto a su familia, en una de las fiestas organizadas "en su honor" y a las que se veía obligado a asistir todo aquél que fuese invitado, por temor a represalias.

A Trujillo le molestó el rechazo reiterado de la joven y la defensa que ella le hiciera de Pericles Franco, uno de los fundadores del Partido Socialista Popular, varias veces detenido por el régimen dictatorial, dejando entrever su oposición a su mandato, instaurado desde 1930 después del golpe de Estado contra el presidente Horacio Vásquez.

De esa manera comenzó una persecución y amedrentamiento por parte del tirano a la familia Mirabal y sus allegados, especialmente contra las tres mariposas, quienes fueron encarceladas y torturadas en diversas oportunidades. Esta situación de angustia y presión ocasionó la muerte de su padre, Enrique Mirabal Fernández, en 1953.

A pesar de las represalias y el hostigamiento las jóvenes continuaron su resistencia a la dictadura en reuniones clandestinas, en las que llegaron a participar incluso en la organización de una expedición revolucionaria internacionalista que partió desde Cuba a República Dominicana el 14 de junio de 1959, con el objetivo de derrocar a Trujillo. Esta acción fue derrotada, pero infundió en la juventud del país fuerzas para continuar la lucha siguiendo el ejemplo de la Cuba revolucionaria liderada por Fidel Castro.

''En Cuba no podía haber un sentimiento mas fuerte contra Batista, que el que aquí hay en contra de Trujillo. No me explico por qué allá pueden hacer revoluciones, tumbar tiranos y aquí, habiendo las condiciones, no se puede. Está claro que si se organiza algo contra Trujillo, es evidente que aquí lo podemos lograr también'', expresaría Minerva Mirabal, la más recordada de las tres mariposas.

Tras los acontecimientos del 14 de junio de 1959, los focos clandestinos en contra de Trujillo se extendieron por todo el país, por lo que un año después, en el mes de enero, las hermanas Mirabal participaron en la creación del Movimiento 14 de Junio, en homenaje a los héroes de aquella batalla, presidido por Manolo Tavárez Justo, esposo de Minerva.

La conformación clandestina de este movimiento fue delatada al Gobierno trujillista, comenzando así el encarcelamiento, tortura e incluso asesinatos de sus integrantes, simpatizantes o sospechosos, llevados en su mayoría a la tenebrosa cárcel La 40, conocida por ser el máximo centro de represión.
Manolo Távarez Justo y Minerva Mirabal fueron apresados, junto a María Teresa Mirabal y su esposo, Leandro Guzmán, sumándose también Pedro González, esposo de Patria Mirabal. Al final de ese enero de 1960, más de un centenar de miembros del 14 de junio habían caído presos, recuerda el escritor Miguel Aquino García, en su libro Tres heroínas y un tirano.

La retención de tantas personas, en su mayoría jóvenes de clase media, generó presiones al gobierno desde diferentes sectores por lo que las mujeres detenidas fueron liberadas el 7 de febrero de 1960, y posteriormente decenas de jóvenes presos por simples sospechas también fueron liberados. Sin embargo, Tavares Justo, Leandro Guzmán, Pedro González, y otros dirigentes de importancia del Movimiento 14 de Junio, quedaron detenidos.

Además de mantener presos a sus compañeros, en una nueva arremetida el 18 de mayo, Minerva y María Teresa Mirabal fueron detenidas por "atentar contra la seguridad del Estado" y condenadas a cinco años de prisión.

Tres meses después, en agosto de 1960, la Organización de Estados Americanos (OEA) condenó al gobierno dominicano por encontrar a Trujillo culpable del atentado al entonces presidente de Venezuela Rómulo Betancourt, y acordó que una comisión internacional visitase República Dominicana para que rindiera un informe sobre la situación del país. En ese contexto, el dictador liberó a las hermanas Mirabal; sin embargo, no perdería de vista su acciones y mantendría encarcelados a sus esposos.
Al no poder contener la fuerza de estas mujeres que se negaban a estar en silencio, en una acción fascista Trujillo ordenó su asesinato, tal como confesaría Ciriaco de la Rosa, hombre encargado de dar muerte a las hermanas.

Tras visitar a sus esposos en la cárcel, el 25 de noviembre de 1960, Patria, Minerva y María Teresa -junto al campesino Rufino de la Cruz- fueron asesinadas a golpes y lanzadas en un acantilado de la costa dominicana para simular un accidente automovilístico.

El brutal asesinato de estas tres mujeres marcó la sociedad dominicana y sentenció el final de la dictadura con la muerte de Trujillo, seis meses después, el 30 de mayo de 1961, durante una emboscada en la carretera de Santo Domingo a San Cristóbal.
En su época de estudiante, Minerva Mirabal fue consultada sobre si no temía a la dictadura, a lo que contestó: "Si me matan yo levantaré mis brazos de la tumba y seré más fuerte". En honor a ella y sus hermanas, el 25 de noviembre fue declarado Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres.

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